En los tiempos que corren titular una entrada del blog con una cita bíblica no puede hacer sino ahondar más la zanja o el abismo que nos entretiene tanto en discutir si es blanco o negro y viceversa.
Soy consciente que me expongo a que algunos me tachen de beato y se opongan simplemente por ver vestigios de "religiosidad" en mi ánimo.
Igualmente los contrarios, llevarán el tema a su terreno haciendo pasar por ruedas de molino todo lo que sea menester para ofrecer como solución salvífica los textos que autodenominan sagrados.
Sea como sea, bienvenidos y bien hallados todos, porque a todos nos compete cooperar durante el viaje hacia el constante fracaso (y que nunca sea un éxito, por nuestro bien).
Hechas las presentaciones, me ha venido a la mente la cita de San Juan en referencia a lo que esta acaeciendo en la sanidad...véase que no digo pública-privada, gratuita-pago, universal-particular, ya que esta tan de moda retorcer las palabras que prefiero dejar esos debates para lingüistas y asumir que moldeo los conceptos a la horma de mi zapato, al menos tengo pretensión de así reconocerlo y advertirlo, hábito que dicho sea de paso, recomiendo encarecidamente a los políticos-publicistas, que me da la impresión de que en aras de abarcar la mayor horquilla de población votante posible fabrican lemas que en 30 segundos de televisión, radio, internet o cualquier otra forma de telepatía sean capaces de captar adeptos-borregos (perdón por lo de adeptos).
Considerando que ya he escrito más de todo lo que quería escribir, procuraré pasar al argumento (hecho a mi medida, insisto) que me ha traído hoy aquí. Ya que no hacen caso a los argumentos propuestos en pro de la Sanidad tal y como la conocemos, voy a tirar de fondo de armario no vaya a ser que suene la flauta.
Estábamos en que Jesús de Nazaret, según cuentan expulsó a los mercaderes del templo, y digo yo que si no sería por aquello de no mezlcar churras con merinas, es decir, que tal vez a Jesús le pareció que no era apropiado que un lugar sagrado se hiciesen según que actividades, pero tal vez lo peor de todo no es si el lugar es sagrado, profano o el Nou Camp, sino que Jesús era consciente de la importancia de la
hierofanía, es decir, hay algo de lo que no se puede hablar con palabras (valdío intento el mío) que nos acompaña en nuestra existencia, si no es antes o después o nunca o siempre, que forma parte intrínseca del Ser y pretender permanecer obviando que lo esencial es invisible a los sentidos, no nos lleva sino a seguir ahondando en la brecha o abismo en el que vivmos instalados, igualmente que insistir en abandonar el mundo de la
physis a su suerte. "la paz duradera vendrá de la mano de la conciliación de ambos bandos"
Recapitulando, en nuestro habérnoslas con las cosas de este mundo, existe un momento previo-instantáneo, dónde entra en juego una noción de aspecto (definición de
eidos según
Ferrater Mora) de la cosa en sí con la que nos estamos relacionando, es una suerte de definición, estatuto, constitución de las cosas que media sin palabras, es decir, de manera inefable.
Y no se vosotros, pero a mí personalmente, me resulta algo complejo relacionarme con lo inefable, de tal manera que si no ando todo el día consciente a no perder de vista lo que no se tiene a la vista, dejo de pensar en ello y como no puedo pensar en ello con palabras, puesto que es inefable, ando haciendo funambulismo para no caer (más) al fondo del pozo.
Esto es, si perdemos de vista la importancia que tiene ser consciente de la diferencia existente entre el eidos (suprasensible) y la cosa (sensible), obtenemos como resultado que las cosas de este mundo pierden su estatuto, su definición, su constitución...por lo que nos desenvolvemos en una mezcolanza, en una amalgama dónde todo parece valer, dónde nada está sujeto a su forma ni constitución, sino al arbitrio hasta tal punto que lo que nos jugamos es la idea de bien y que lo que nos jugamos es que las personas seamos fines en nosotros mismos y no parte de esa amalgama susceptible de formar parte de la cadena de producción y consumo. Hagamos
poesis conforme al eidos, en palabras de Hölderlin: "Poéticamente habita el hombre la tierra"
Y como diría Ramón García en ¿Qué apostamos?, y todo esto porque...: la
sanidad merece ser tratada conforme a su eidos, estemos a la altura humildemente sentémonos a problematizar sobre nuestras afecciones y pasiones, o lo que es casi lo mismo: nuestras patologías y sus abordajes (léase cómo gestionarlas). Por si vienen mal dadas, y para no perder el humor, os dejo una forma económica de gestión llamada
hoponopono, que nadie olvide que antes de los
SPECT estuvieron los chamanes.
Pido perdón por las imprecisiones y subjetividades que induzcan a (más) error y agradezco profundamente las soflamas que he escuchado a profesores de la
USAL y
UCM que no mencionaré para salvaguardar su dignidad y que les cedo todos los derechos de propiedad intelectual que haya podido usurpar los últimos años.