lunes, 11 de enero de 2010

Pensamientos a bordo

Normalmente cuando se manuscribe algo se suele firmar y datar, las nuevas tecnologías me impiden en parte hacerlo, pues estoy escribiendo desde la butaca del autobús que me transporta (cual animal de granja) a Salamanca (quien sabe si a la vuelta seré un poco menos animal), por lo tanto según voy tecleando a cada instante incesablemente éste móvil se desplaza, así que ésta línea pertenece a Madrid, la siguiente a Segovia, Ávila, Salamanca y fin.

Las nuevas tecnologías ilustran en una de sus máximas expresiones aquello de que el mundo no se detiene, un dinamismo constante, ahora si, para mi gusto se pasan, véase que el trayecto del cual os hablo durante el último año lo realice siempre en su totalidad o parcialmente durmiendo, independientemente de las horas que hubiesen transcurrido desde mi despertar, cuando mis posaderas aterrizaban en mullido lugar me dormía y solía despertar con las curvas en las rotondas a la entrada a Salamanca, un viaje placentero, relajado, reposado y descansado.

En cambio en el día de hoy, al subirme al bus veo que han instalado wi-fi a bordo, y no he podido resistirme al llevar el ordenador conmigo a ponerlo a prueba, no descarto echar una cabeza pero de momento aquí me tenéis, ¿realmente era necesario conectarme para "manterme" al día? En absoluto, desde mi opinión, lo más provechoso que puedo sacar del uso del PC a bordo probablemente sea ésta entrada en el blog.

Parece que no nos diésemos permiso para simplemente no hacer nada, subirte a un bus y dejarlo estar (let it be, ¿no?), recibimos estímulos que nos empujan a permanecer "conectados" a aprovechar el tiempo en términos resultadistas, como si fuera aprovechar poco el tiempo dedicar dos horas y media de viaje a uno mismo y a no hacer nada (wu wei).

Me despido con el deseo que la lectura que hayáis hecho no os haya interrumpido haciendo nada,
En "camino de alguna parte" a 11 de Enero de 2010